SABRINA

Miremos el mapa: Gibraltar no es Inglaterra y menos las islas Malvinas. Tampoco lo era la isla Sabrina que estaba frente a Portugal formando parte del archipiélago de las Azores, en una zona de abundante actividad telúrica. En 1880 el capitán Tillard plantó la bandera británica sobre la isla y la bautizó (para no discurrir mucho) con el nombre de su propio buque: HMS Sabrina. Iniciaba así un previsible nuevo conflicto diplomático por la apropiación de un territorio; la excusa era que la isla no estaba habitada y ni siquiera tenía nombre. En esta ocasión todo se resolvió con rapidez y limpieza: a la mañana siguiente la isla había desaparecido con bandera británica y todo. El capitán Tillard y su tripulación pensaron que tragada por las aguas.